1. Dios es Padre para los que no tienen apoyo humano El salmista nos muestra a un Dios que se convierte en sostén para los más desamparados. “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.” (Salmos 27:10) Aun cuando falte el cuidado humano, Dios suple con su amor incondicional.
2. Dios defiende a los que son vulnerables En una sociedad que muchas veces oprime al débil, Dios se presenta como su protector. “Jehová guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda sostiene.” (Salmos 146:9) Nadie está fuera del cuidado de Dios; Él escucha el clamor de los que sufren.
3. Dios actúa con justicia y compasión El Señor no solo consuela, sino que también hace justicia a favor de los indefensos. “Haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.” (Isaías 1:17) Si somos hijos de Dios, debemos reflejar Su corazón defendiendo a los débiles.
Conclusión
El Dios de la Biblia es un Padre lleno de amor, un defensor fiel y un refugio seguro. Él cuida de los huérfanos, de las viudas y de todos los que se sienten solos o desamparados. Como creyentes, estamos llamados a imitar Su carácter, extendiendo compasión, justicia y cuidado hacia los más vulnerables.

