2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”
Introducción
Pablo recuerda a Timoteo que el llamado de Dios no se sostiene en la fuerza humana, sino en la obra del Espíritu Santo. En tiempos de oposición, temor o incertidumbre, este versículo nos revela la identidad espiritual que hemos recibido en Cristo.
I. Dios no nos ha dado espíritu de cobardía 2 Timoteo 1:7a Romanos 8:15 “No habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor…” Josué 1:9 “Esfuerza y sé valiente…La cobardía no es parte de la naturaleza espiritual del creyente. El temor paraliza, estanca y apaga el llamado. Dios nunca impulsa al creyente con miedo, sino con convicción y confianza.
II. Hemos recibido espíritu de poder 2 Timoteo 1:7 Hechos 1:8 “Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.” Efesios 3:20 “Aquel que es poderoso para hacer… según el poder que actúa en nosotros.”,El poder que Dios da no es humano; es el mismo poder del Espíritu Santo que capacita para testificar, perseverar, vencer tentaciones y vivir en victoria sobre el temor y la debilidad.
IV. Hemos recibido espíritu de dominio propio 2 Timoteo 1:7d Gálatas 5:22–23 El dominio propio como fruto del Espíritu. Proverbios 25:28 La falta de dominio propio como una ciudad sin muros. El dominio propio es equilibrio espiritual, emocional y mental. Es la capacidad de tomar decisiones guiadas por el Espíritu, no por impulsos, temores o emociones descontroladas. Dios capacita al creyente para mantenerse firme, sobrio y estable.
Conclusión
2 Timoteo 1:7 nos recuerda quiénes somos y qué hemos recibido de Dios. No caminamos bajo el espíritu del temor, sino revestidos de poder, guiados por amor y firmes en dominio propio. El llamado de Dios no se sostiene en nuestras fuerzas, sino en el Espíritu Santo que nos capacita para vivir con valentía y fidelidad.

