1. La luz de Dios brilla en medio de la oscuridad Isaías 60:2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.
En medio de un mundo lleno de caos, pecado y confusión, la gloria de Dios resplandece.
La luz no es propia, sino la presencia de Dios en su pueblo.
2. Las naciones son atraídas por la gloria de Dios Mateo 5:14 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.”
La verdadera luz no solo alumbra a unos pocos, sino que atrae a pueblos y naciones enteras.
Dios nos llama a reflejar su gloria para que otros sean guiados hacia Él.
3. Los reyes buscan el resplandor de Dios Salmos 72:11 “Todos los reyes se postrarán delante de él; todas las naciones le servirán.”
El poder humano y las autoridades terrenales no pueden resistirse al resplandor divino.
Cristo es el Rey de reyes, y ante Él toda rodilla se doblará.
El cumplimiento supremo de Isaías 60:3 está en Jesucristo.
Él es la luz que no solo alumbra a Israel, sino a todas las naciones de la tierra.
Conclusión
Isaías 60:3 nos muestra que la gloria de Dios no es para ser guardada, sino para brillar en medio de las tinieblas y atraer a las naciones hacia Cristo. La iglesia, reflejando la luz de Jesús, tiene la misión de ser un faro de esperanza, mostrando al mundo que en Él hay vida, verdad y salvación. Apocalipsis 21:24 “Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.”

